viernes, 3 de mayo de 2013

Vida contemplativa

Siempre me han gustado los anuncios de coches, los buenos claro. Aunque no me gustan nada los coches y me mareo si estoy más de 20 minutos en uno, me da asco el olor del humo y son lo peor para el medio ambiente. Sin embargo hay que decir que en publicidad no les gana nadie. Uno de los anuncios que más me gusta es este. Sólo diré una cosa: "¿Dónde está el botón?".


Si usan bien sus recursos y meten a niños graciosos les salen genialidades. Aunque también pueden meter a niñas con superpoderes.

Luego están los musicales, que también tienen mucho ingenio y pueden ser de los que cuando estás a punto de irte al baño te quedas para verlo porque te encanta. (Sé que la calidad del vídeo no es buena, pero no lo he encontrado de otra manera)

Y los que más me gusta de todos es éste. También tiene algo musical a lo Mayumana antes de que suene la música. Siempre que veo algo así me pregunto cómo lo habrán hecho. Espero que no haya sido por ordenador... Y si lo ha sido que nadie me lo diga, prefiero vivir felizmente pensando en la magia de una cosa así hecha a mano. 


Total, todo esto de los anuncios de coches es para decir que me ha enamorado el escultor Bob Potts con la música tan delicada de los videos y los movimientos tan hipnotizantes de su trabajo.