sábado, 7 de septiembre de 2013

Olivia

¿Conocéis a Olivia? Olivia, jabones de cuidado, así era cuando empecé a seguirle la pista. Ahora tiene de todo, todito, todo. Si os pasáis por su tienda física seguro que morís de amor y al segundo resucitáis por el buen olor. Yo no he ido, pero lo sé. Me lo dice el olor de su paquete, el que me llegó ayer y me alegró la tarde y me quitó los picores. Porque aquí servidora tiene dermatitis atópica desde bien bebé. Que, además de darme algún trauma infantil por los niños malos que hay por el mundo que se reían de mi palidez, me hace ser mamá de unos eccemas que pican más que las gallinas.
















Total, que ni crema de corticoides, ni hielo, ni hidratantes mil. Lo que va bien es el bálsamo Móa, que además vale par mil y una cosas. Yo de momento sólo lo he probado para los eccemas de la dermatitis y, aunque no han desaparecido del todo después de ponerme unas 5 ó 6 veces entre ayer y hoy, si que han mejorado mucho y te deja de picar al ratito de ponértelo.























Y es que Olivia tiene en su tienda los más exquisitos productos. Sus jabones vienen presentados tan rebonitos que puedo entender que haya gente que no los quiera abrir. Yo me enamoré del cuño con su nombre, con una tipografía que da envidia irremediablemente. Me encanta que tenga una mis marcas favoritas de galletas, Artisan Biscuits. Me recuerda a cuando las compraba en Nottingham y me las comía con mi té de Williamson tea por las tardes.



Éste es el jabón que yo elegí entre todos. Tuve mala suerte con el mensajero, que no se pasó por casa, así que tardé tres días en tenerlo en vez de al día siguiente, pero en cuánto abrí el paquete se me olvidó la espera. He decidido que el siguiente será el de La vie en rose. La verdad es que estoy deseando que llegue el invierno y el olor a lavanda le va muy bien. Una de las mejores cosas es leer con un jersey de lana bien suave y calentito que huela a lavanda.









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